lunes, 1 de septiembre de 2014

Izquierda Unida, hace falta



La situación social y política actual se mueve a día de hoy a una velocidad casi inasumible, el ritmo cibernético a golpe de tuit no deja prácticamente margen al análisis, ni siquiera a la verificación de los hechos que se puedan imputar, por lo que se está creando un condicionamiento social más dependiente del hígado que de otros órganos del cuerpo a los que se debería de echar un poco más de cuenta.
No voy a negar que las últimas encuestas me han dejado un sabor de boca amargo con un cierto toque de tristeza, pero sabedor de lo que se busca, se patrocina y se mueve desde el sistema y tras analizar un poco el panorama, quiero desde aquí reivindicar lo mío, lo de mis compañeros y compañeras, lo de mis camaradas de hoy y mis camaradas de ayer, lo que ha hecho posible que ayudemos a mucha gente,  lo que ha hecho posible que seamos un pequeño dique de contención ante un mar de liberalismo económico que arrasa con todo, y todo ello sin dejar de tener claro que hace falta la creación de un bloque común en todos los sitios donde sea posible.

Desde la concreción estatal de Izquierda Unida como movimiento social y político allá por el año 86, esta herramienta política al servicio de los ciudadanos ha estado en todos los frentes abiertos por el liberalismo en defensa de los trabajadores y trabajadoras, en defensa de la paz, en defensa del empleo, en defensa de los derecho básicos; hemos estado en el “No a la Otan”, hemos estado contra el tratado de Maastricht, ese que nos ha traído hasta aquí y del que ya advirtió Julio Anguita, hemos estado contra la globalización, esa que ahora nos obliga a reducir nuestros sueldos para que las grandes empresas puedan competir con otros países, en el “No a la Guerra”, en la defensa de los derechos laborales, en la defensa del derecho a decidir, en la defensa de la educación, apoyando al 15-M , a la PAH , a las mareas, y en un largo larguísimo etc de luchas locales, autonómicas y nacionales, en pocas palabras, hemos estado siempre y donde la sociedad nos ha demandado, porque así somos, porque así es nuestra gente, porque así es nuestra militancia, y siempre hemos estado sabiendo cual era nuestro sitio, sabiendo si toca tirar del carro  o empujar el carro. Quizás esa también sea una cuestión que debemos analizar, el que nosotros, nuestra gente, está y ha estado, pero siempre hemos preferido ondear nuestra bandera a media altura para favorecer la convergencia en torno a las ideas y a la lucha, en vez de aglutinar en torno a nuestra casa.

Pero aun sabiendo y reconociendo nuestros fallos, nuestros lastres, nuestra mochila que el sistema se encarga de sobrecargarnos con ladrillos que no nos pertenecen y que en muchos casos son falsos…¿Cómo no voy a reivindicar el valor y el trabajo de nuestros compañeros y compañeras?,¿Cómo no vamos, ahora más que nunca a poner de relieve los años y años de lucha de nosotros los militantes de Izquierda Unida y el partido? ¿Cómo no voy a decir que Izquierda Unida es hoy más que nunca cuando hace falta?

El sistema, el liberalismo, está atacando y arrebatando derechos ciudadanos como  nunca antes lo ha hecho desde la segunda guerra civil, por eso debemos revitalizarnos, rearmarnos y ponernos en valor, el bipartidismo está cayendo sí, pero una cosa tengo clara, Izquierda Unida es el musculo de la izquierda alternativa de este país, es base, es militancia, es ciudadanía hecha organización y por tanto es también sobre la que recae una mayor responsabilidad en pos de conseguir una alternativa real al sistema; y una cuestión hay que tener clara, para cambiar las cosas, para cambiar el sistema, hacen falta dos cosas, un gobierno que quiera, pero también una sociedad que quiera, que lo apoye y que sea capaz de resistir el envite del liberalismo.

Es por eso que reivindico lo mío, lo nuestro, por eso pongo en valor el trabajo realizado por mis compañeros y compañeras desde hace muchos años. La lucha de clases está más vigente que nunca, estamos en un momento histórico que debemos aprovechar con inteligencia en beneficios de todos y todas, estamos donde siempre pero como nunca, estamos ante una realidad social tan cruel que merece de todo nuestro esfuerzo, nuestra experiencia y nuestra abnegación. La izquierda debe unirse si, pero sin que sea a costa de nadie, porque nadie es prescindible, por eso nos toca ser el referente de la unidad como llevamos haciendo desde hace 30 años, nos toca asumir la responsabilidad máxima para hacer posible la convergencia en la calle y la coalición en las urnas.

P.D: El otro día me contaron un chiste que decía así:
-Coño Pedro, te noto cambiado….
-No soy Pedro, soy Pablo…
-ah!, va a ser eso…
Pues eso, que ni nos confundan con Pedro, ni se olviden que somos Pablo

Javier Valderas, coordinador local de Izquierda Unida Lepe.